Evidentemente, improvisar es algo que puede hacer cualquier persona. Sin embargo, improvisar bien, disponer de las herramientas necesarias para hacerlo sobre un escenario y que el público quede satisfecho es otro cantar.
Sin embargo, cuando se trabaja la improvisación teatral, como espectáculo, es necesario mantener la misma esencia de la improvisación. Es necesario que no exista nada preparado ni preconcebido. De lo contrario, el espectáculo de improvisación se distorsinaría y perdería sentido tanto para el público como para los propios improvisadores.
Es por ello que no se puede ensayar la improvisación. La improvisación se entrena, no se ensaya. Estor permite mantener la frescura y la dificultad claves para el espectáculo y, por otro lado, contar con ciertas herramientas que permitan llevar a cabo improvisaciones redondas, por llamarlas de algún modo. Un improvisador no se conforma con subir a un escenario y hacer gracia. Pretende además que las historias que cuenta cobren sentido, que no haya confusiones, que tenga las proporciones justas, que se entienda todo, que existan personajes y conflictos y que estéticamente sea correcta.
Para ello es necesario trabajar con constancia cosas como el "sí a huevo", la "escucha", la "concentración", los "motores de improvisación" o herramientas concretas para cada estilo de improvisación. Algunas de estas herramientas son ampliamente concocidas en el teatro convencional y otras propias de el teatro de improvisación.
En adelante, iremos realizando una serie de artículos introductorios a cada una de estas "claves de la impro" y, posteriormente introduciremos una serie de ejercicios o técnicas elementales para trabajarlos.
Sin embargo, cuando se trabaja la improvisación teatral, como espectáculo, es necesario mantener la misma esencia de la improvisación. Es necesario que no exista nada preparado ni preconcebido. De lo contrario, el espectáculo de improvisación se distorsinaría y perdería sentido tanto para el público como para los propios improvisadores.
Es por ello que no se puede ensayar la improvisación. La improvisación se entrena, no se ensaya. Estor permite mantener la frescura y la dificultad claves para el espectáculo y, por otro lado, contar con ciertas herramientas que permitan llevar a cabo improvisaciones redondas, por llamarlas de algún modo. Un improvisador no se conforma con subir a un escenario y hacer gracia. Pretende además que las historias que cuenta cobren sentido, que no haya confusiones, que tenga las proporciones justas, que se entienda todo, que existan personajes y conflictos y que estéticamente sea correcta.
Para ello es necesario trabajar con constancia cosas como el "sí a huevo", la "escucha", la "concentración", los "motores de improvisación" o herramientas concretas para cada estilo de improvisación. Algunas de estas herramientas son ampliamente concocidas en el teatro convencional y otras propias de el teatro de improvisación.
En adelante, iremos realizando una serie de artículos introductorios a cada una de estas "claves de la impro" y, posteriormente introduciremos una serie de ejercicios o técnicas elementales para trabajarlos.
1 comentario:
Jooooo!! Chicos que pena que se acabaron los viernes de la pza las artes...
Peor antes de nada por favor!!
Explicar lo de los FLORIPONDIOS...
:p
Publicar un comentario